Nacionalismo, militarismo y masculinidad hegemónica.


Nagel, Joane. “Masculinity and Nationalism: Gender and Sexuality in the Making of Nations”. Nations and Nationalism: A Reader. Edited by Philip Spencer and Howard Wollman. New Brunswick: Rutgers University Press, 2005.

Nagel examina la relación entre el nacionalismo y la construcción de la masculinidad hegemónica, particularmente en Estados Unidos; como el nacionalismo requiere de la exaltación de un cierto tipo de "hombría" y de feminidad; así como la sexualización de la guerra y del militarismo en general.

En primer lugar, Nagel explora como la cultura del nacionalismo y el militarismo es inseparable de la cultura e ideología de la masculinidad hegemónica. En Estados Unidos, la masculinidad hegemónica se construye a través de las ideas de superioridad nacional y el imperialismo agresivo. Es más, las ideologías de la masculinidad, el colonialismo, nacionalismo, militarismo e imperialismo son inseparables entre sí y emergieron de manera conjunta a fines del siglo XIX. Temas como la valentía, el deseo de aventura, el honor y el deber forman parte de este conglomerado significante. En contraste, quienes cuestionen estos proyectos ideológicos son rápidamente acusados de "falta de hombría", cobardía, homosexualidad.

Respecto a la construcción de una feminidad nacionalista, Nagel se apoya en Yuval-Davis y Anthias para señalar que a pesar de la participación concreta de las mujeres en los proyectos nacionalistas, a éstas se les adscribe más bien un papel simbólico, que las incluye en estas narrativas como símbolos (madres, mujeres honorables, putas) pero tiende a excluirlas a nivel práctico. Las frecuentes analogías de la nación como una familia encabezada por un padre heroico, una madre honorable y unos hijos subordinados indican que esta metáfora de género es perfecta para presentar estas jerarquías y roles como parte de un "orden natural". Así, la sexualidad de las mujeres (y su vigilancia y control) toman un papel central en la construcción del honor masculino y de la nación en general. En oposición, la sexualidad femenina ingobernable y desordenada representa una amenaza tanto para la masculinidad como para la nación.

Finalmente, el discurso sexualizado del militarismo y de la guerra implica la construcción de un enemigo que es, o bien sobre-sexualizado (hombres violadores/ mujeres promiscuas y fáciles) o sub-sexualizado sólo en el caso de los hombres (eunucos, cobardes). Las campañas militaristas e imperialistas se sirven de una serie de significantes sexualizados, especialmente el de la penetración ("Bend over, Sadam" escrito en los misiles de la guerra del golfo; el discurso de que con Jimmy Carter EEUU le estaba "abriendo las piernas" a la USSR). Las mujeres del lado enemigo en este contexto son construidas como sexualmente disponibles y como objetos de penetración (la feminización del enemigo permite así mismo su penetración y por tanto, representa su apropiación).

Mi problema con este artículo de Nagel es que ella termina preguntándose por qué las mujeres no han sido capaces de cambiar las instituciones masculinas cuando entran a ellas, adscribiéndole en forma esencialista características fijas y naturales a hombres y mujeres, en lugar de ver que hombres y mujeres son producidos bajo estas prácticas.

Comments

  1. "En primer lugar, Nagel explora como la cultura del nacionalismo y el militarismo es inseparable de la cultura e ideología de la masculinidad hegemónica."

    Again, I wonder about formulations such as this. It seems to suggest that nationalism requires an ideology of hegemonic masculinity. And, vice versa, that combatting such an ideology necessarily involves combatting nationalism. Is this really so?

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